Pagar en sangre.... en sudores.... en lágrimas... en jadeos.
Que la muerte compense...
En sonrisas, rasguños, sobresaltos que animan.
Nada más absoluto que la certeza de tu llega,
Nada más temido que el desconocimiento de tu rostro.
Nada más excitante que sentir tu abrazo y me poseas.
Me tomarás cuando quieras y nada podré hacer,
por eso, desde el día que vi al mundo, te abrí los brazos y fui tuya.
Resignada a tu llegada, pero no de manos caídas.
Usurpa cuando quieras, pero mientras seguiré pagando en vida.
Me encanta hacerlo.